Powered By Blogger

Poema ao acaso

Poema ao acaso





domingo, 7 de janeiro de 2018

A vida é uma peça de teatro que não permite ensaios. Por isso, cante, chore, dance, ria e viva intensamente, antes que a cortina se feche e a peça termine sem aplausos.

Adicionar legenda

El truco Jorge Luis Borges


El truco Jorge Luis Borges Cuarenta naipes han desplazado a la vida. Pintados talismanes de cartón nos hacen olvidar nuestros destinos y una creación risueña va poblando el tiempo robado con floridas travesuras de una mitología casera. En los lindes de la mesa la vida de los otros se detiene. Adentro hay un extraño país: las aventuras del envido y quiero, la autoridad del as de espadas, como don Juan Manuel, omnipotente, y el siete de oros tintineando esperanza. Una lentitud cimarrona va demorando las palabras y como las alternativas del juego se repiten y se repiten, los jugadores de esta noche copian antiguas bazas: hecho que resucita un poco, muy poco, a las generaciones de los mayores que legaron al tiempo de Buenos Aires los mismo versos y las mismas diabluras. "Fervor de Buenos Aires" (1923) Jorge Luis Borges | "Poesia Completa", pág. 24 | Debolsillo, 3ª. edição, 2016

Cosas Jorge Luis Borges


Cosas Jorge Luis Borges El volumen caído que los otros ocultan en la hondura del estante y que los días y las noches cubren de lento polvo silencioso. El ancla de Sidón que los mares de Inglaterra oprimen en su abismo ciego y blando. El espejo que no repite a nadie cuando la casa se ha quedado sola. Las limaduras de uña que dejamos a lo largo del tiempo y del espacio. El polvo indescifrable que fue Shakespeare. Las modificaciones de la nube. La simétrica rosa momentánea que el azar dio una vez a los ocultos cristales del pueril calidoscopio. Los remos de Argos, la primera nave. Las pisadas de arena que la ola soñolienta y fatal borra en la playa. Los colores de Turner cuando apagan las luces en la recta galería y no resuena un paso en la alta noche. El revés del prolijo mapamundi. La tenue telaraña en la pirámide. La piedra ciega y la curiosa mano. El sueño que he tenido antes del alba y que olvidé cuando clareaba el día. El principio y el fin de la epopeya de Finnsburh, hoy unos contados versos de hierro, no gastado por los siglos. La letra inversa en el papel secante. La tortuga en el fondo del aljibe. Lo que no puede ser. El otro cuerno del unicornio. El Ser que es Tres y es Uno. El disco triangular. El inasible instante en que la flecha del eleata, inmóvil en el aire, da en el blanco. La flor entre las páginas de Bécquer. El péndulo que el tiempo ha detenido. El acero que Odín clavó en el árbol. El texto de las no cortadas hojas. El eco de los cascos de la carga de Junín, que de algún eterno modo no ha cesado y es parte de la trama. La sombra de Sarmiento en las aceras. La voz que oyó el pastor en la montaña. La osamenta blanqueando en el desierto. La bala que mató a Francisco Borges. El otro lado del tapiz. Las cosas que nadie mira, salvo el Dios de Berkeley. Jorge Luis Borges | "Poesia Completa", págs. 353 e 354 | Debolsillo, 3ª. edição, 2016

1964 Jorge Luis Borges


1964 Jorge Luis Borges I Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. Ya no compartirás la clara luna ni los lentos jardines. Ya no hay una luna que no sea espejo del pasado, cristal de soledad, sol de agonías. Adiós las mutuas manos y las sienes que acercaba el amor. Hoy sólo tienes la fiel memoria y los desiertos días. Nadie pierde (repites vanamente) sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido. Un símbolo, una rosa, te desgarra y te puede matar una guitarra. II Ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo; un instante cualquiera es más profundo y diverso que el mar. La vida es corta y aunque las horas son tan largas, una oscura maravilla nos acecha, la muerte, ese otro mar, esa otra flecha que nos libra del sol y de la luna y del amor. La dicha que me diste y me quitaste debe ser borrada; lo que era todo tiene que ser nada. Sólo que me queda el goce de estar triste, esa vana costumbre que me inclina al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina. Jorge Luis Borges | "Poesia Completa", págs. 231 e 232 | Debolsillo, 3ª. edição, 2016

Amiga


Amiga Florbela Espanca Beija-mas bem!... Que fantasia louca Guardar assim, fechados, nestas mãos, Os beijos que sonhei pra minha boca!...

Un sueño Jorge Luis Borges En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma del círculo) hay una mesa de madera y un banco. En esa celda circular, un hombre que se parece a mí escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular... El proceso no tiene fin y nadie podrá jamás leer lo que los prisioneros escriben. Jorge Luis Borges | "Poesia Completa", pág. 558 | Debolsillo, 3ª. edição, 2016

Pela luz dos olhos teus


Pela luz dos olhos teus Vinicius de Moraes Quando a luz dos olhos meus E a luz dos olhos teus Resolvem se encontrar Ai que bom que isso é meu Deus Que frio que me dá o encontro desse olhar Mas se a luz dos olhos teus Resiste aos olhos meus só pra me provocar Meu amor, juro por Deus me sinto incendiar Meu amor, juro por Deus Que a luz dos olhos meus já não pode esperar Quero a luz dos olhos meus Na luz dos olhos teus sem mais lará-lará Pela luz dos olhos teus Eu acho meu amor que só se pode achar Que a luz dos olhos meus precisa se casar.

Sétimo dia

Poema ao acaso Sétimo dia Nuno Júdice Nada mexe. As recordações pastam nos prados da memória. Ao fundo, a janela abre-se para deixar entrar a luz do dia: e só uma névoa branca invade o quarto, salta para o corredor, avança até às escadas que alguém desceu, outrora, sabendo que nenhum patamar o esperava. Encontro um esquecimento cego nos bolsos; Um fogo consumiu o horizonte; um desejo de absurdo percorre as cinzas, com brilhos de chama. Porem, se nada me traz o cheiro de um bosque primaveril, quando o ar esta seco e uma transparência inicial invoca o mistério da manha, dou comigo a desfazer a folha ressequida que caiu do livro há muito fechado: e um pó abstrato junta-se a estes restos que o tempo me trouxe. Tu, imóvel aparição, interpões-te entre os vultos matinais da casa. A tua sombra confunde-se com os contornos de um atlas familiar, conduzindo-me no rumo de um amor antigo – como se essa navegação tivesse portos e ilhas... Chamo-te. Um murmúrio de luz, por instantes, coincide na ilusão de uma resposta.